Desde antiguo, las cabezadas hechas de cuerda han sido las mas utilizadas debido a su sencillez y a su baratura. Las cabezadas de cuero quedaban relegadas para los caballos de regalo y para los mas pudientes, debiendo los mas pobres conformarse con los materiales que la naturaleza ponía a su disposición. Por tanto, los burros, mulas y caballos de trabajo, también los bueyes, eran conducidos y guiados por cabezadas hechas de cuerda, que recibían los mas diversos nombres; cabezada, jáquima, cabestro, ronzal, almártiga o almartigón, etc.
La técnica de hacer cabos, nudos, y también todas las labores hechas con cuerda se llama cabuyería y forma parte de la cordelería, industria muy pujante en nuestro país hasta la llegada de las fibras plásticas que desplazaron a las fibras vegetales. Las fibras vegetales mas utilizadas para la fabricación de cuerdas son el esparto y el cáñamo. El esparto es mas tosco y menos resistente. En cambio, el cáñamo ha sido y es el material mas idóneo para la fabricación de cuerdas. Es cierto que no dura tanto como las plásticas, especialmente en contacto con el agua, pero para lo que nos atañe aqui, las cabezadas para animales, es mucho mas ventajosa que cualquier otro material. Son suaves para el animal y suaves para las manos del hombre. En cuanto las cuerdas se utilizan un tiempo, se tornan suaves y dúctiles sobre todo, nunca cortan o queman la mano desnuda de quien la maneja, amen de proporcionar un excelente agarre. No olvidemos que los guantes de trabajo eran desconocidos hasta no hace muchos años.